"Hemos sido creados para servir a Dios en esta vida y gozarle en la otra"

Amado Jesús mío, esta mañana me dirijo a ti, con el único fin de que me concedas la gracia de conocer para qué estoy aquí, qué es lo que tu Santa Voluntad tiene para mí. Tantas veces en mí he deseado de manera egoísta e inmadura que el pecado no lo sea ni me conduzca a la muerte, pero Tú me animas, me das fortaleza para no perder la calma ni llegar a hacer alguna desfachatez.

Amado mío, ¿qué quieres de mí? ¿por qué insistes tanto en salvar mi alma y enmendar mi vida? ¿por qué me buscas y te las ingenias para atraerme a Tí? ¿por qué, mi Señor, has permitido que me equivoque tantas veces y con ello me alejara de Ti?

Mi pecado me ha alejado de Tí

me ha apartado de la santidad

haciéndome miserable, sucio y errante

haciendo de mi vida un estercolero

y de mi corazón una llaga incesante

de mis manos un instrumento de muerte

y de mis labios un arma cortante

de mis ojos ventanas impuras

y de mis actos, pecado humillante

y en medio de mi muerte desesperada

Tú me has extendido la mano para ayudarme

Tú me has mostrado el camino correcto

y con tu providencia has saciado mis dudas

y has silenciado mis palabras blasfemas

y muy tiernamente y en silencio

me cubres bajo tu santa presencia

con tu mano sobre mi cabeza

y con tu amor en mi corazón.

Paz y bien.